Vive un verano diferente en la Sierra de Guara. Festivales de música en entornos naturales, pueblos con encanto y actividades al aire libre se unen para tu aventura cultural.

La Sierra de Guara se prepara para un verano en el que la cultura y la naturaleza van de la mano. Si buscas escuchar música bajo las estrellas, descubrir artistas en entornos históricos como ermitas y pueblos de piedra, o simplemente dejarte llevar por los sonidos del entorno, este es tu destino ideal.

Los festivales en la Sierra de Guara no se parecen a los grandes tinglados veraniegos llenos de pulseritas, macroescenarios y colas eternas para un bocadillo tibio. Aquí no hay tres escenarios funcionando a la vez ni conciertos solapados que te obligan a elegir entre ver a tu grupo favorito o ir al baño. Tampoco hay carreras por el recinto ni mapas con horarios imposibles de memorizar.

Es cierto que el Polifonik Sound, que da el pistoletazo de salida a la temporada festivalera los días 26, 27 y 28 de junio de 2025 en Barbastro, sí que cuenta con pulseritas y varios escenarios. De hecho, su cartel podría ser la envidia de cualquier macrofestival, con nombres como Rozalén, Dorian, Jero Romero, Crystal Fighters o Depedro. Sin embargo, sigue siendo un festival manejable, diseñado para que disfrutes de tus artistas sin perderte diez canciones si vas a la barra. Es el equilibrio perfecto. ¡Y no dejes de darte un paseo por Barbastro! Te encantará.

El Festival SoNna Huesca ha captado a la perfección la esencia de fusionar cultura y paisaje. Cada verano, la Diputación de Huesca organiza una gira atípica: conciertos en pequeños pueblos, bajo encinas centenarias o junto a una balsa de agua. En 2025, el festival regresa con 27 actuaciones, seis de ellas en la impresionante Sierra de Guara:

  • Idoipe y María Rodés en Alquézar (5 de julio)
  • Petisme en el CDAN (6 de julio)
  • Sandra Monfort en Barbastro (16 de agosto)
  • Copiloto en Berbegal (17 de agosto)
  • Sam Lee en Fraella (6 de septiembre)
  • Chicuelo y Marco Mezquida en Secastilla (9 de agosto)

Más allá de la música, el objetivo es claro: reivindicar el territorio. Cada concierto es una excusa para visitar pueblos que quizás no aparezcan en las guías, pero que esconden tesoros: un antiguo lavadero, una bodega con historia o una vista que te dejará sin aliento. Muchos de estos conciertos requieren reserva previa, aunque la mayoría son gratuitos o tienen un precio simbólico. Es la opción ideal para quienes buscan un directo al aire libre, sin postureo y con manta de picnic.

Del 28 de junio al 13 de julio, el Castillo de Aínsa se convierte en un auténtico epicentro cultural con su festival internacional. Aquí no hay truco: toda la magia ocurre dentro de sus muros. Las Migas, Rita Payés y Huecco compartirán cartel en un programa que combina jazz, folk, rock o flamenco. Este año, el «Escenario Embou» ampliará las propuestas gratuitas.

Aínsa es uno de esos lugares donde el telón de fondo no necesita escenografía. El castillo y su casco antiguo, empedrado y con siglos de historia, son el acompañamiento perfecto para la música, el teatro y el resto de actividades.

El Festival Huesca es Jazz también llenará de swing el inicio del verano oscense, del 27 al 29 de junio, en el Salón Azul del Casino y la Plaza de Navarra. Con nombres elegantes y formatos diversos, contará con Daniel Ferruz Quartet, Punch Trío con Adrian Cunningham, Gonzalo del Val, el pianista Daahoud Salim y el Proyecto Jazz for Kids.

Por su parte, EnClaves se celebra durante el mes de julio en la Comarca de la Hoya de Huesca. Es una auténtica joya para los amantes de la música clásica en espacios poco convencionales: iglesias románicas, plazas escondidas y monasterios centenarios que añaden una atmósfera única a cada concierto.

Y todo esto, sin salir de un territorio donde lo habitual en verano es el barranquismo, las caminatas al amanecer y los baños en pozas que parecen sacadas de un anuncio. Aquí, la cultura no sustituye a la naturaleza; la acompaña y la realza.

Si hay un mensaje común en todos estos festivales, es que no hace falta montar una carpa gigante para crear un momento inolvidable. Basta con un buen repertorio, un poco de la magia que solo el entorno puede ofrecer y gente dispuesta a dejarse sorprender. Puede que no haya influencers retransmitiendo en directo, pero hay algo mucho más valioso: autenticidad.

Así que, si estás buscando una experiencia diferente este verano, una que combine naturaleza, cultura y descubrimiento, ¡apunta estas fechas! Y vente, pero sin prisas. Con tiempo para perderte, para llegar con el sol bajando y marcharte cuando ya hace fresco. Porque en Guara, todo va un poco más despacio. Y menos mal.

Y, por supuesto, no puedes perderte las fiestas de los pueblos. Cada localidad tiene su cita ineludible: verbenas, campeonatos de guiñote, cenas populares bajo las estrellas y charangas que no entienden de horarios. A menudo no aparecen en ninguna agenda oficial, pero son el alma de cada verano en Guara.

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