Pioneros en la Sierra de Guara
¿Qué sería del mundo hoy si otros no se hubieran aventurado antes en lo desconocido? Probablemente no habríamos visto ni una milésima de lo que hoy conocemos, tal vez la belleza seguiría ahí, escondida a nuestros ojos y, por lo tanto, no existiría para nosotros.
La Sierra de Guara es un territorio redescubierto, no para los escasos habitantes que seguían resistiendo aquí en los años 60, cuando la mayoría de la población se había marchado a las ciudades. No se puede hablar de descubrimiento de un lugar que alberga humanidad desde hace decenas de miles de años, pero sí de redescubrimiento. Y este comenzó, con acento francés, a principios del siglo XX.
LOS REDESCUBRIDORES FRANCESES
Lucien Briet fue un fotógrafo y explorador francés nacido en 1860 en Toulouse, Francia, y fallecido en 1928 en París. Es conocido por su trabajo fotográfico en España, especialmente en Aragón y principalmente en Huesca..
Briet se trasladó a España a finales del siglo XIX para trabajar como ingeniero, pero su verdadera pasión era la fotografía. En 1902, comenzó a trabajar en un proyecto de fotografía etnográfica en los Pirineos españoles, y en 1904 publicó su primer libro de fotografías, «Los Pirineos españoles».
En 1906, Briet fue contratado por el gobierno español para documentar los monumentos históricos y artísticos de la provincia de Huesca, en Aragón. Durante los siguientes años, viajó por toda la región, tomando fotografías de pueblos, paisajes y monumentos. Muchas de estas fotografías son consideradas hoy en día como una valiosa crónica de la España rural de principios del siglo XX.
VIAJE AL BARRANCO DE MASCÚN Y LOS MINVIELLE
En lo que respecta a Guara Briet publicó en 1905 ‘Viaje al Barranco de Mascún’, que supuso el anclaje sobre el que fueron acercándose a este territorio más compatriotas. A mediados del siglo XX aparece por la Sierra de Guara el apellido que lo cambió todo: Minvielle, en este caso el doctor Paul Minvielle, que transmitió a su hijo Pierre la pasión por estas tierras y estas aguas. Él puede considerarse la persona que dio el pistoletazo de salida al turismo que tanto ha dado y sigue dando a Guara. Llegó aquí por primera vez en 1950 y todavía pudo disfrutar de un merecido homenaje en 2016, con motivo del 25º aniversario de la declaración del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.
También fueron franceses los primeros guías que se adentraron en los barrancos de Guara. Es el caso de Christian Abadie, que guió a centenares de compatriotas que redescubrieron, antes que los propios españoles, este territorio rural y poco poblado plagado de maravillas naturales y etnográficas.
En cuanto a los escaladores, la otra gran pata que sustentó el desarrollo turístico del territorio, mención especial merece Esteban de Pablo, el primero que trepó la Cuca Bellosta, abriendo camino a numerosos escaladores que ven en Rodellar una meca del mundo de la escalada.
PIONEROS EN SU PROPIO TERRITORIO
Sin embargo sería injusto decir que todo vino de fuera, puesto que sin tejido local no habría sido posible desarrollar absolutamente nada. Negocios también pioneros fueron algunos de los homenajeados con motivo del 25º aniversario del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. Negocios sencillos que, sin embargo, sirvieron de anclaje para lo que vendría después. Aquí merece la pena destacar el papel de Casa Florentino, que era el único bar que existía en Rodellar cuando empezaron a llegar los primeros exploradores y aventureros.
Algunos de estos negocios pioneros fueron desapareciendo, otros cambiaron de manos y otros crecieron gracias a la ola del turismo. Algunos de los que todavía perduran son Casa Carretero de Bierge, que los actuales visitantes conocerán más con el nombre de Hospedería de Guara. El Mesón de Colungo, Casa Pardina – hoy llamada Mesón de Alquézar-, Casa Ferrer de Bierge, la Fonda Narbona de Alquézar o el pionero camping de Lecina.
Pioneros también fueron todos los habitantes anónimos del territorio que acogieron con los brazos abiertos a todos los visitantes, sabiendo o presumiendo que aquella creciente ola de visitantes cambiaría para siempre su forma de vida. Ahora que el Parque Natural de la Sierra de Guara ya ha cumplido más de tres décadas, desde su declaración el 27 de diciembre de 1990 y que la Asociación de Empresarios de Guara también ha cumplido este año sus primeros 30 años no está de más ampliar el foco y acordarnos también del papel de otros pioneros como el bodeguero Francisco Lalanne, Paco Lacau, con su incansable labor de promoción del territorio, Anselmo Labata, de Casa Labata; o a Natividad Castillo, de Casa Chata de Alquézar.
Los visitantes son fundamentales en cualquier territorio turístico pero no hay territorio que pueda mirar al futuro sin habitantes y sin el motor de quienes arriesgan su patrimonio y ponen todo su esfuerzo en que quienes nos visitan vivan una experiencia memorable.
Guara mira al futuro sin olvidar a quienes pusieron la semilla para el desarrollo de un territorio inigualable.
Y tú, ¿Cuándo vienes a Guara?